martes, agosto 15

Un sueño muy extraño

Hoy siento una necesidad tremenda de escribir y
escribir... tanto para decir porque mil ideas dan
vueltas por mi cabeza.

Bueno, no mucho, pero algo que me afectó bastante y me
ha dejado pensativa por días.

No falta tanto para que llegue la Primavera. Sin
embargo las noches aún son heladas y anoche no fue la
excepción. Para peor, no está Albert y eso hace que el
apartamento parezca demasiado grande y mucho más
frío... no sólo porque él fuera tan bueno controlando
el fuego de la chimenea... sino también y por
sobretodo, porque me hace falta su calidez y la
ternura de Poupée.

Hace unas noches me acosté muy temprano. Me deprimía
estudiar sola en ese living tan frío y me puse a
estudiar ya en la cama, pero pronto me dormí. Y tuve
un sueño muy extraño.

Soñe con la noche en que Terry y yo rompimos, con el
momento en que me dirigía hacia la estación del tren.
Pero en mi sueño nunca llegué a la estación. Sentía
una angustia terrible y como el frío calándome los
huesos y el corazón. De pronto sentí que me llamaban a
lo lejos, no pude reconocer la voz con el viento, me
detuve pero no ví a nadie, seguí camino y entonces
sentí que alguien me tomaba por los hombros, en un
gesto que me resultaba familiar, me giró hacia sí,
refugiándome contra su pecho mientras susurraba
"Candy, no puedo dejarte, nunca te dejaré", con una
ternura infinita que me volvió el alma al cuerpo y el
calor a mi cuerpo y a mi corazón que latía desbocado,
lleno de felicidad. Dije su nombre: nombré: "Terry"
mientras levantaba la mirada... ¡Pero no era Terry
quien me abrazaba! Era... Albert! ¡Lo curioso es que
en mi sueño aquello no pareció sorprenderme en
absoluto! Es más, no dije nada, no pregunté ni me
pregunté nada, era como si no pensara, como si aquello
fuera lo más natural del mundo y lo único a lo que
atiné fue a recostarme otra vez sobre ese hombre,
sentir ese calor que me embriagaba, que me hacía
sentir tan protegida... y enamorada... Me sentía feliz
y totalmente enamorada de Terry... o era de Albert!?
Entonces el viento invernal abrió de golpe la ventana
de mi cuarto, y el ruido me despertó. Sobresaltada y
confundida me di cuenta de que estaba soñando... y me
recordé lo que había estado soñando!

¡Fue tan hermoso y tan extraño! Lloraba por Terry,
supuse que era él quien me buscaba, quien volvía a mí,
pero no, era Albert... y me sentí feliz y no pensé más
en nada que en seguir en ese abrazo. ¿Por qué soñé
eso? El corazón se me encogió al recordar lo que
realmente había ocurrido aquella noche, y cómo Terry y
yo jamás estaríamos juntos como en el sueño, nunca
más. Pero me sorprendió que en ese momento la memoria
de Terry fuera tan vaga, mientras que la urgencia de
ver y sentir a Albert había sido tan intensa. Aún
sufro por Terry... ¿o no tanto ya? Aún sueño con que
no me deje ir, y sin embargo pareciera que necesito
aún más a Albert. Aquella sensación de estar en los
brazos de Albert fue deliciosa. Tan deliciosa que me
ruboricé de sólo recordarlo. ¿Qué trucos me está
jugando la mente? La ausencia de Albert en el día a
día parece estarme afectando más y más, y no menos y
menos, como sería de esperar a medida que más días
pasan desde su partida. En cambio mis recuerdos de
Terry parecen desfigurarse... Qué extraño todo esto.
¿Estaré demasiado obsesionada con encontrar a Albert?
¿Estará eso haciendome soñar cosas locas?

Y sin embargo aquello no parecía una locura... se
sentía tan bien... Por horas no podía evitar recordar
aquel abrazo cuando cerraba mis ojos. Aún hoy, por
momentos mi cabeza vuelve a aquel sueño, y no sé aún
cómo interpretarlo.
Albert... ¿dónde estás? Te veo hasta en la sopa... y
en mis sueños!


Contribuido por Elena

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta la historia..

Odalis Cruz dijo...

q bella historia me tiene enamorada

Anónimo dijo...

Que lindo, me encantó. Amo a Albert!