jueves, agosto 31

Un dia de mil demonios

¡Agghhhhhhhh... Neil! ¡Ese muchacho me vuelve loca! ¡Me
siento continuamente vigilada por él! A veces salgo
del apartamento rumbo a la clínica y veo su auto
estacionado en alguna calle cercana. Otras veces voy a
comprar algunas provisiones y siento que unos ojos me
observan... ¡me exaspera! Ya sé que es un chico necio
y obstinado, pero no pensé que además de todo eso
fuera tan estúpido e inmaduro como para pensar que con
ese tipo de comportamiento pueda "conquistarme". Y no
es que él no sepa ya que el simple hecho de que
pertenezcamos a la misma familia me irrita. Realmente,
él siempre se las ingenia para ponerme de un humor de
perros.

Hoy fue un día complicado. En realidad no pasó nada
grave, pero no hice más que tener un pequeño disgusto
atrás de otro. Primero reñí con el Dr. Martin por el
tema de la bebida. Ya es un problema que sea
alcohólico (ya no sé cómo ayudarlo al respecto), pero
es inadmisible que eso interfiera con su trabajo en la
clínica. Anoche se nota que tomó mucho más de lo usual
y hoy tenía una tremenda resaca. No prestaba toda la
atención que debiera a sus pacientes y cometía errores
estúpidos. Yo tenía que andar detrás de él,
vigilándolo, y luego tuve que retarlo como a un niño
pequeño.

Cuando volvía al apartamento, me detuve por unas
provisiones y otra vez el vendedor de frutas me trató
de "Señora". Ya antes eso me había puesto de mal
humor, lo que había hecho reír a Albert. Pero esta vez
me puso de un humor mil veces peor y le grité en la
cara "¡no soy casada, Señoorrrrrr". Pobre hombre...
creo que lo asusté. En fin, si antes me molestaba
porque me hacía sentir más vieja, ahora me molesta
mucho más porque no sólo me hace sentir vieja, sino
que me recuerda que Albert no está aquí para reírse de
mí y porque, peor, sólo me recuerda que vivo sola. No
me importaría que me confundieran con la esposa de
Albert y que por eso me dijeran "señora"... es más,
creo que hasta me gustaría... ¡pero Albert no está, y
entonces sólo me frustra enormemente que me llamen
así!

Para peor, estaba tan ofuscada que por eso mismo fui más torpe de lo usual cuando cocinaba y el guiso me quedó que era un asco. Incomible. En otro momento me hubiera reído de mi mísma, pero esta vez no. Mientras cocinaba, me distraje pero cuando de pronto noté que el contenido de la olla estaba en ebullición y se derramaría por toda la cocina, instintivamente llamé a Albert, pidiéndole socorro... como tantas veces hiciera cuando vivíamos juntos. Llamé a Albert, pero
claro, ¡Albert no estaba, ni está, ni estará ahí para ayudarme más! y entonces se me encogió el corazón. Cuando quise comer esa cosa espantosa que quería que fuera un guiso, recordé que Albert hubiera logrado volverlo algo "comestible" en unos minutos... y rompí a llorar inconsolablemente. Estoy cada vez más sensible. Aún no me acostumbro a que Albert no esté y cuando me doy cuenta, cada vez me cuesta más contener el llanto. No sé, si el hubiera escrito, me hubiera dejado algún recado de alguna manera... pero no.

Supongo que esperaba que su ausencia no fuera tan
larga, o que al menos tendría noticias de él pronto y
por eso cada día que pasa aumenta mi desazón y cada
día lloro más ante cualquier estupidez.
Estoy ya me está preocupando. Así no soy yo! Soy una
chica fuerte y decidida y me las he arreglado sola
muchas veces! Pero de alguna manera, ahora no puedo...
me siento desamparada y débil como nunca. Es como si
con Albert se hubiera ido mi alegría, mi fuerza, mi
paciencia y hasta mi esperanza. La vida me parece gris
y monótona, aunque esté siempre ocupada y aunque tenga
buenos amigos. Siento un vacío que no recuerdo haber
sentido antes... un vacío que siento que sólo la
presencia de Albert llenaría. Me sorprende que lo
extrañe y necesite tanto. No me entiendo a mí misma.
Tengo una necesidad inmensa de él y eso en parte me
asusta. ¿Será que... ? No, Candy, no pienses en
tonterías. Además, si sigo pensando en él me volveré loca.



Contribuido por Elena

1 comentario:

Anónimo dijo...

esta candy no se entera de sus sentimientos..